domingo, 10 de junio de 2012

Parece que uno siempre estuviera escribiendo el mismo poema. Hablo del amor, claro, lo que nos sostiene, lo que nos hace más humanos. A veces, cada tanto, me pasa la vida, me pasa la muerte. Se muere mi padre, se muere mi hermano, se mueren los amigos. Algunos se suicidan. Otros me saludan, me cuentan de sus últimos poemas, de lo triste que es andar solo, de no tener un silencio donde caerse. No, no es que escriba siempre el mismo poema. Pasa que pasan los días y no me encuentro. Un poema cuesta la vida. La poesía es una forma de respirar.