martes, 29 de octubre de 2013

Es la primera vez que me pasa y espero sea la última: perdí una carpeta llena de poemas. Allí también estaban Otros animales y el librito porchiano. Recorrí cada rincón de mis trabajos. Hablé con cada uno de mis compañeros. Les conté que era una carpeta con poemas, con fotos, con algunos dibujitos. Es probable que no la recupere nunca más. Me había acostumbrado a andar por todos lados con esa carpeta. Me sentía protegido. Cada poema llevaba un folio. A veces les cambiaba el orden, los leía en voz alta, cambiaba el tono, los retaba, los mimaba. No voy a negar que lloré como un niño. Ojalá que el que la encuentre, cuide lo que hay adentro. El paisaje siempre es víctima.

http://www.youtube.com/watch?v=Y7FuYjkXgA4