miércoles, 15 de julio de 2020

Después de publicar Otros animales, en el invierno del 2014, no pensé que volvería a hacerlo. Sentí que con ese libro había tocado el techo en mi trabajo poético. Tampoco quería repetirme, no me gusta eso de andar robando. Por otro lado, y en la misma sintonía, haber reeditado Plegarias del humo el año pasado, me dio las fuerzas necesarias para terminar con los Gorriones, para darle ese toque final tan necesario. Gorriones de la noche, el eterno librito porchiano, es el libro que siempre quise escribir. Son intentos, lo sé, pero valen la pena.