lunes, 26 de octubre de 2020

Dicen que los viajes iniciáticos son aquellos que nos permiten encontrar algo que siempre estuvo presente, algo que teníamos pero no sabíamos.

En 1999 hice el viaje más importante de mi vida. De cariño y, en tono de broma, lo llamo y lo recuerdo como "mi viaje iniciático". Fueron 2 semanas en las que me perdí recorriendo cementerios, plazas y librerías de ciudades y pueblos de Patagonia.

En realidad, el viaje lo había iniciado un año antes, ya que todos los meses dejaba algo del sueldo del trabajo para el viaje. Laburaba en la calle y, cuando podía, me quedaba a hacer un doble turno. Todo pensando en ese viaje. 

Tenía 19 años y sabía que estaba por vivir una experiencia inolvidable. No sólo porque lo iba a costear de mi trabajo, sino porque mis inquietudes así me lo hacían sentir. En esos años, la poesía había explotado en mí como algo muy zarpado, algo irreal, como fuera de este mundo. Lo mismo que el vegetarianismo.

Preparé algo de música, la cámara de fotos, algunos libros y una libreta para llevar registro de los lugares que iba conociendo. Anotaba, por ejemplo, las horas de viaje entre cada lugar, cada pueblo. O la puesta del sol, la forma de las nubes. Cosas así.

El diario Página/12 había publicado cds con canciones y versiones inéditas de León Gieco. La historia ésta se llamó aquella colección que aún conservo. De esos 7 discos hice una selección de temas que, luego, fueron a parar a un cassette. Un cassette Tdk que me hizo de compañero de viaje. León y Silvio han sido fundamentales en mi vida.

Hubieron, luego, otros viajes pero ninguno tuvo en mí la dimensión de aquel. En esos días descubrí que mi vocación era la literatura. Descubrí que la poesía me hacía bien, me sanaba. Gané confianza en mí, me impuse horas de trabajo. No volví a ser el mismo, definitivamente.

Las últimas horas de aquel viaje las contaba con sufrimiento. No tenía ganas de volver. O mejor, tenía pocas ganas de volver. En esos días, sentí la felicidad de la soledad elegida. No la soledad conmigo, sino con los demás.


León te la cuenta mejor:

https://www.youtube.com/watch?v=HcVDQxIRxmI

viernes, 23 de octubre de 2020

12 años

Hoy este blog cumple 12 años y lo festejo invitándolos a leer el último número de La Rama, revista literaria local, en la que tengo el honor de colaborar, haciendo la selección de poemas. 

https://es.calameo.com/read/006314964e1d1dc7823cd

Gracias a los que siguen pasando por aquí, a los que me escriben, a los blogs que difunden mi trabajo. ¡Chin-chin!

Con letra propia

https://conletrapropia.blogspot.com/2020/10/plegarias.html

Comentario

https://www.youtube.com/watch?v=tN7Fqu3oqh8

viernes, 16 de octubre de 2020

Me gusta el viento porque no está como ausente.

jueves, 15 de octubre de 2020

Si pudiera grabar el sonido de la nieve cayendo en tus ojos de arlequín, tal vez, estaría en lo cierto.

miércoles, 14 de octubre de 2020

Hacer jueguitos con una pelota de trapo en medio del desierto y con las manos abiertas. 

martes, 13 de octubre de 2020

Si el viento me encuentra en la ruta, camino al rancho, que sea escuchando el riff inconfundible de Angus Young. 

lunes, 12 de octubre de 2020

La poesía no va a cambiar el mundo, pero a los que la escribimos y, sobre todo, a los que la leemos nos hace la vida un poco más soportable. La belleza de las pequeñas cosas, los gorriones de la noche.