martes, 22 de noviembre de 2022



Ayer, camino a la Zona Franca, me encontré con el santuario de Santa Rita. Volví con viento en contra, pero conmovido. Hay señales, que nos muestran los caminos, que me llenan el alma. 

lunes, 21 de noviembre de 2022


Los cielos del rancho. Ayer a la mañana. 

domingo, 20 de noviembre de 2022


No es cierto eso que dicen que los segundos puestos no sirven. El domingo pasado me entregaron estos hermosos trofeos, los primeros que recibí en mi vida, y me sentí Napoleón posando en el verde césped del Monumental. 

martes, 15 de noviembre de 2022



Esta retama que planté en el patio de mi casita (mi sueño es hacer un jardín pequeño) estuvo cerca de 6 años sin florecer, pero nunca dejé de regarla. Tenía fe que en algún momento iba a ocurrir y así fue. Me emocionan esos pequeños milagros que ocurren en el desierto. Mi vínculo con la tierra y con el cielo se ha intensificado en estos últimos años. No sé bien porqué, pero me gusta que sea así. Me hace bien, me sana. 

https://www.youtube.com/watch?v=hylCH6mBwSQ

lunes, 14 de noviembre de 2022



Hoy cumplo 25 años de trabajo. No es poco. 5 años estuve ahí, en la calle, vestido de naranja, cobrando el estacionamiento medido. Ese mismo día conocí a mi amigo de toda la vida, el querido Santucho. Él me enseñó el oficio, digamos. "Acá tenés que hacerte fuerte porque sino te pasan por arriba", me dijo, sin tanto preámbulo, aquella mañana de un viento feroz imposible de olvidar. 
Si mis aportes hubieran sido en la provincia, ya estaría pensando seriamente en mi jubilación. Pero no fue así, tuve aportes en la ANSES y también laburé algunos años en negro, como buen mapuche. Me da mucha felicidad cuando un compañero se jubila, lo felicito y le pregunto si está contento, qué va a hacer de su vida (sí, soy muy charleta). Si Tatita Dios me bendice con un poco de salud, me gustaría llegar a ese último día de trabajo. Me imagino festejándolo a lo taurino, con un tostado y una Coca en algún lugar sin tanta gente, cerca del río, y en bicicleta. Tocando el cielo con las manos, recordando a mi amigo Santucho. 

viernes, 11 de noviembre de 2022



Desde hace algunos años Javier Gil (Bariloche) hace estas hermosas hojas con poesía y las reparte en pueblos y ciudades de Patagonia. Las deja gratuitamente en plazas, en bibliotecas populares, en recitales en que toca con su banda. Cada tanto alguien me escribe para contarme que descubrió mis poemas gracias a ellas. Celebro cada uno de los encuentros que nos hacen bien y que nos llenan el alma. Larga vida a la muchachada cordillerana. 

jueves, 10 de noviembre de 2022



Ayer hice de todo para tratar de estar bien y creo que, en parte, lo logré. Salí temprano a caminar, agarré por la Pasteur hasta la 25 de Mayo. Bajé por la avenida principal y llegué hasta el correo para enviar mis libros a Monte Grande. Me sigue pareciendo poético ese viaje de 3 mil kilómetros que hacen los poemas, como que van haciendo su propio camino.
Antes de ir a trabajar, fui al cementerio. Compré el ramo de flores más lindo y lo dejé ahí, en el lugar del silencio. 
Luego sí fui a trabajar. Tuvimos un día hermoso con los niños. No pueden creer que haya cambiado mi celular. Me cargan, sonríen cuando les hago una pregunta puntual sobre el uso del nuevo bichito. Tenemos un ritual que cumplimos una vez al mes: llevo una bolsita de chupetines para compartir. Paso banco por banco y ellos van sacando uno, sin mirar. La única condición es que no hay chance de cambiarlo, aunque hay excepciones, claro. Ayer era el día. 
Volví cansado, pero contento. Merendé algo y salí a pedalear. Estrené un bolsito hermoso de color naranja, mi color favorito. Y sí, tenía que ir a ese lugar que tan bien describen los Catupecu en Refugio. Hace mucho que no llevaba el largavistas. Fue una de las primeras compras que hice con mis primeros sueldos. No sé cuántas veces me habré quedado allí, contemplando el río y el mismísimo mar. Sé que nunca tendré respuestas de lo que le pudo haber pasado a mi papá, pero estar ahí un rato me calma. Es como la música, como la poesía.

Y te vi, y me vi. 

miércoles, 9 de noviembre de 2022

Solíamos quedarnos mucho tiempo, junto a mi hermano, esperando que bajara del colectivo que lo traía del trabajo. Fueron días y semanas así, con ese nudo en la garganta. Tenía 8 años y escribía en mi diario, le escribía a dios. Le pedía que me devolviera a mi papá. Un día como hoy, pero hace 35 años, encontraron su cuerpo sin vida a orillas del mar. Mi hermano también se fue joven de este mundo. 
El viento insoportable de noviembre nunca me ha traído respuestas, al contrario. Quizás por eso sigo escribiendo poemas, para reconciliarme con la vida que no tuve y tanto me ha faltado. 

Que estén bien donde quieran que estén. Que estén bien. 

lunes, 7 de noviembre de 2022



Nubes pedaleras,
octubre de 2022. 


domingo, 6 de noviembre de 2022


Mi querido amigo Leandro Doolan está pronto a publicar Los puentes invisibles, su primer libro. Tuve el honor de acompañarlo en ese hermoso proceso y de escribir el prólogo también. Nuestra comunidad necesitaba un libro así, un libro que nos refresque la memoria. Los invito a buscarlo en las redes sociales y adquirir el libro. Lo van a disfrutar tanto como el nueve de diciembre del dos mil dieciocho. 

sábado, 5 de noviembre de 2022

Un poema



La querida poeta Cecilia Collazo me dedicó este hermoso poema en Tripas, su último libro. Me siento honrado con cada uno de estos gestos. Muchas gracias.