lunes, 10 de agosto de 2009

Pequeña emoción al recibir un ejemplar de mis Plegarias. Revisé hoja por hoja, palabra por palabra. Amo mi cara fascinada frente al espejo. El problema sigue siendo mi falta de estudio: no poder traducirme en palabras. Debe haber algo más en ese lugar donde se forman los silencios musicales. Algo más que sentirme siempre abandonado.