jueves, 3 de noviembre de 2011

Tocando fondo

Estoy escribiendo poemas. Muchos. Algunos malos, muy malos. Otros, no tanto. Estoy escribiendo un libro. Se llama Nadando. Anoche lo leí completo. Son sesenta poemas. Tienen que ser sesenta.
Lo leí en voz alta. Me grabé. Quisiera que mi voz sea de ultratumba. No quiero tener una voz domesticada. Una voz disfrazada. Quisiera aprender a articular la voz de mis poemas con mi propia voz. Es decir, unir mi dolor humano a mi dolor estético.
No sé. Parece un delirio esto que digo. Silvio Rodríguez sabe de lo que hablo: nuestras verdades levantan muros.