jueves, 24 de enero de 2013

Si éste fuera mi último tiempo, quisiera estar tranquilo, sin apuros. Leer algunos poemas, escribir otros. Escuchar mucha música, mirar el cielo, bailar, saltar en algún recital de Almafuerte, barrer el cordón de la vereda, ir a trabajar, cambiar las fotos en el cementerio, regar los árboles, cuidar el cerezo, el rosal, discutir con el zorzal. Pasear por el Bicentenario. Charlar con mi madre, con mis sobrinos, con mi hermano. Ordenar mis cds, mis vhs, mis libros. Volver un rato al bowling, quedarme un ratito en la esquina de Alberdi y Sarmiento. Respirar el aire fresco de cada día.