Hace algunos años tuve
la posibilidad de trabajar en el San Benito, el barrio lindante al
Bicentenario. Me movilizó mucho esa experiencia; me enamoré del lugar,
de su gente. Pensaba que sería bueno vivir allí, ayudando.
Para hablar del viento / habrá que convencer a los álamos de su existencia.