domingo, 28 de octubre de 2018

Ayer fue un gran día: cociné el asado para mi pequeña gran familia, pensé en mis años de vegetarianismo, charlamos de la vida con mis sobrinos, jugamos con Luni, miré un recital de Súper Ratones, se lo extraña al querido Person. Tuve antojos de comer naranjas, caminé unas cuadras, charlé con el verdulero sobre la enfermedad de su perro (él piensa que no llega a fin de año: está muy gordo el pobre bicho), volví silbando bajito, recordé los años de laburo en la calle, pensaba en el perro, en su alma, en las noches en que cruzan los puentes. Llegué a casa, miré de reojo un poema del 97, no quise corregirlo, me dio vergüenza. Pensé en las madres sin hijos, en los hijos sin madre, salí al patio, miré al cielo: mi manera de amar es sencilla.