lunes, 30 de septiembre de 2019

Par mil es una canción de Divididos que me acompañó durante mucho tiempo, cuando salía de trabajar de parapalos en la madrugada.
Cada verso de la canción es un poema en sí. “Luz del alma, soy un hombre que espera el alba”, hace referencia a la salida del trabajo nocturno, muerto de cansancio. Esperar el alba es esperar el respiro, el descanso. Es el verso con el que se sostiene el resto de la canción. “Qué hay de esa imagen en mi infierno, si ya fui roto a tomar aire”, nos habla del trabajo explotador, el no poder tomar aire. El ritmo del trabajo de parapalos es, literalmente, estar saltando de una cancha a otra, durante horas. “Camino mi propia luz y me siento un haz de luz” habla del destino, de eso que está por pasar. Confiar que, en algún momento de tu vida, las cosas van a estar mejor. Por eso, y en la misma sintonía, Mollo canta: “Me soñé en la oscuridad. Me estrellé contra mí”, es el eterno caer y levantarse. “No confunda che pastor. No me interesa tu cielo” tiene que ver con no formar parte de esa noche, la noche de la bohemia, de la risa fácil, repetitiva. No me interesa tu cielo es decirle al cliente de turno: no me interesa tu joda, che.
Par mil es una canción luminosa, de esas que te vuelan la cabeza para el resto de tus días. Un himno a todos los parapalos uníos del mundo.

https://www.youtube.com/watch?v=Z_tHBX0mj1s