miércoles, 17 de abril de 2024




No conocí personalmente a Cristian Aliaga, pero lo traté bastante hace tres años, cuando tuvo la gentileza de publicar Los álamos cantan en el viento, a través de Espacio Hudson, esa legendaria editorial que le dio voz a muchos poetas en Patagonia, incluidas las del pueblo mapuche. Recuerdo que la primera vez charlamos dos horas. Fuimos al hueso en ese primer acercamiento, terminamos hablando de la revista El Gráfico y de nuestros padres. Recuerdo también que me decía hermano, esa palabra tan especial, tan genuina.  
No fuimos amigos, pero sentí su partida. El legado que ha dejado es inmenso. Gracias y hasta siempre, maestro.