domingo, 18 de octubre de 2009

MÁS PLEGARIAS!

Y por aquí les dejo algunos poemas que me vencieron. Por lo tanto, quedaron excluidos de la edición de Plegarias del humo. En próximas entradas habrá más!


EL MURO



Sueño días en los que vivo sin escribir. Días en los que mis manos compran flores enlutadas. Días tallados de antiguos miedos sin lenguaje. No puedes matarme. Ya no puedes herirme. El sol miente. La vida es un gran velorio.




CERTEZAS



Me quedé solo en el agua y en la tierra. En la nada. Me quedé solo entre ojos mudos. Me quedé solo en el fondo de una vieja casa. Me quedé solo mirando pasar otra caravana. Me quedé solo en la lluvia. Me quedé solo en el viento. Me quedé solo pero no tengo miedo. Por eso lo confieso.




LA CARTA



Alguien había olvidado aquellas palabras sobre la mesa. Nadie se detenía. Nadie quería intentarlo. Era una tradición que así sea. Los autos se incendiaban, los cuerpos se aplastaban pero las palabras seguían allí. Casi sagradas. El miedo abría sus dudas. Sentir. Miedo. Miedo a la soledad. Miedo al ruido. Miedo al espejo. La creación estaba lejana. Finalizaba sus cuentas el olvido. Las palabras seguían allí. Palabras señaladas por el dedo acusador. Palabras angustiadas.

Hablo de la muerte, oscura y transparente.




LA REJA



Permanente espacio donde transcurren mis días. La tristeza empieza cuando se van. La libertad no existe. Cierta melancolía absurda / ver el sol / escuchar las campanas / alimentar a las palomas. El pensamiento es luz en este vacío. Extraña furia en poemas tatuados. Doler. Mi vida / la tuya / la nuestra. Finjo caricias de un rostro desconocido. Que nadie me despierte cuando muera. Beso la almohada. Ella existe a pesar de las paredes. Paisaje cotidiano / cuchillo afinado / puchero oxidado. Escribo. Fumo. Deliro. Recuerdo mi felicidad. Tan lejos. Caminaba. El cielo.

En la ciudad de los muertos, sólo una canción respira por mí.




FRAGMENTO MUSICAL



Nos encontramos en el mar. Teníamos recuerdos tristes. Sillas sin mesas. Hablamos de la noche, eterna construcción de ausencias que fluyen. Nos cambiamos los retratos. Nos cambiamos los poemas. Nos atrevimos al fuego. Al humo.

Nos perdimos como ángeles transpirados en un recital de rock.




BOUTIQUE



Maniquí salvaje condenado a sostener una vidriera sin rostro.




POSTALES



En el lugar que antes era un teatro de ciegos, la sal se derrama. Y pequeñas bolsas de nylon anidan en un poste como mendigas de luz. Y un gusano come rosas de un ramo jamás obsequiado. Y las miradas oprimidas del rebaño. Y las piedras rompen todo el miedo del mundo. Y tu nombre escrito en la arena de un desierto.

Y pasan las sombras, vestidas de azul. Y pasan los hombres, vestidos de verde. Y el rey mudo sonríe pero también está muerto.




ÚLTIMAS FLORES TATUADAS EN EL MAR



Invento sonidos para mis manos. Pequeñas naufragas en la noche del miedo. Han muerto tantas veces que olvidaron el olor de sus amantes, el color de sus diamantes. Ellas hablan de mi silencio. Cuando la nieve borraba los fuegos tatuados. Y eran mariposas. Y yo despertaba. Bailando solo.