domingo, 16 de mayo de 2021

Me esfuerzo en silencio para que el llanto no pese. 

Quién dejará de huir con un nudo en la garganta.

Es un llorar adentro. La distancia que me separa del paisaje es lo que me ata al mundo. 

Algunos instantes se quedaron conmigo toda la vida. Porque la eternidad no es más que un vicio, luz que se enciende de a ratos. 

Hace frío y parece que los muertos quisieran cambiar de nombre. 

El viento es nuestro amor eterno: existe para que los álamos no se olviden de cantar.
Es necesario cruzar el desierto. Allí donde las fronteras fracasan y un rayo de sol nos desafía.


Camino al ranchito del fin del mundo
Domingo 9 de mayo de 2021

Nota. Los poemas  pertenecen a Gorriones de la noche, mi último librillo.

lunes, 3 de mayo de 2021

Nací una madrugada de mucho frío en Río Gallegos. Tercero y último hijo de un matrimonio de laburantes. Mi madre esperaba una niña, pero aparecí yo. Comencé a escribir poemas a los 18 años y nunca dejé de hacerlo. Antes de eso, jugaba todo el día a la pelota en la calle y me la pasaba leyendo El Gráfico. Me gustaba andar solo también. Soy de los que cruzan los puentes a las dos de la mañana. Mi sueño es fotografiar el viento.