miércoles, 25 de febrero de 2009
domingo, 22 de febrero de 2009
AL NACIDO
Te hablo como el niño al muerto
sin saber por qué la vida insiste
en llevarme al rocío,
al lugar de la herida.
sin saber por qué la vida insiste
en llevarme al rocío,
al lugar de la herida.
domingo, 15 de febrero de 2009
martes, 10 de febrero de 2009
ESCRITO EN UNA CENA
La luz torturada,
los platos rotos,
la mirada sin ojos,
las ventanas mudas,
la esperanza orinada,
los niños avergonzados,
las caricias agonizantes,
los vasos ensangrentados,
la cal derramando miedo,
el llanto de la carne asfixiada,
las palabras ocultando cuchillos,
el alcohol oscureciendo cada encuentro.
Así era la infancia:
galope inmóvil que aún retumba
como sombras de los días por venir.
los platos rotos,
la mirada sin ojos,
las ventanas mudas,
la esperanza orinada,
los niños avergonzados,
las caricias agonizantes,
los vasos ensangrentados,
la cal derramando miedo,
el llanto de la carne asfixiada,
las palabras ocultando cuchillos,
el alcohol oscureciendo cada encuentro.
Así era la infancia:
galope inmóvil que aún retumba
como sombras de los días por venir.
lunes, 9 de febrero de 2009
viernes, 6 de febrero de 2009
CINCO PALOMAS
El siguiente texto fue extraído de Un rato de relatos (relatosdearatos), antología del grupo literario Letras del Viento y pertenece a Cecilia Maldini. Para aquellos que quieran adquirir el libro, pueden visitar http://www.todopasa-ceci.blogspot.com/ y contactarse personalmente con la autora o dirigirse a la librería más próxima a su domicilio o …
Cinco palomas levantaron vuelo desde la torre de la vieja iglesia enclavada en el centro de la ciudad. Fueron ahuyentadas por el ruido de los disparos. Hasta ese momento quizás disfrutaban de una mañana gris como tantas que han visto pasar desde ese lugar privilegiado, asombrándose tal vez de la cantidad de gente que se congregaba en la avenida frente a la iglesia. Mucho ruido de bombos, gente que aplaudía y repetía una y otra vez los mismos cánticos:
- ¡Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura provincial...!
- ¡Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode!
Un clima casi festivo se percibía entre los trabajadores municipales que ese día se habían reunido allí. La consigna era esperar a la columna de trabajadores proveniente del corralón, cruzando la ruta tres. Un trayecto de varios kilómetros, al que también se sumarían los camiones y la maquinaria pesada, como una manera de reforzar el reclamo. Al menos eso era lo que se decía por los pasillos. Habían salido de los corralones a las nueve y se estimaba que a las diez estarían reunidos con el resto, reclamando frente al Concejo Deliberante, que queda a una cuadra de la Intendencia. Luego, la idea era marchar juntos hasta Casa de Gobierno para apoyar el reclamo del Intendente relacionado con la suma correspondiente a la coparticipación de las regalías petroleras que por ley le corresponde a los municipios, lo cual permitiría hacer frente a los aumentos de sueldo que los trabajadores estaban reclamando. Todos los municipios del interior habían recibido esa suma, excepto el de Río Gallegos.
Las máquinas y los camiones no pudieron avanzar. Por la calle Urquiza apareció una columna de la policía provincial fuertemente armada y sin mediar palabra, empezaron a disparar balas de gomas y gases lacrimógenos sobre los manifestantes. Muchos heridos en el rostro, el cuerpo, los pies. Las ambulancias que llegaron a los pocos minutos en medio del caos y de los gritos furiosos de la gente. Nadie se fue para su casa, pese al olor picante y molesto del gas lacrimógeno y a la amenaza de ser alcanzado por algún balazo, todos nos quedamos. Alcancé a ver al Intendente que salió furioso y caminó por San Martín hacia Urquiza para interiorizarse de lo que pasaba. Luego entre la multitud, lo perdí de vista.
Periodistas conocidos en el medio corrían de un lado a otro, entrevistando a algunos heridos y a las autoridades. Una mujer caía desmayada y era trasladada por otros compañeros, otra lloraba su impotencia.
- ¡Estos hijos de puta... ¡ ¡No pueden ser tan hijos de puta, no le pueden pegar así a la gente!
¿Que no pueden? No sabes el esfuerzo que han hecho hasta hoy para contenerse. Pueden hacer esto y mucho más. Están armados y son muchísimos.
Pienso. Esto parece una guerra, los dos bandos están muy bien delineados.
De un lado la gente, los trabajadores. Del otro la policía, los gendarmes que ocupan las escuelas y casi todas las esquinas del centro de la ciudad.
Es raro. Vi a la gente herida por las balas de goma en el rostro, en las piernas, escuché sus gritos de dolor, sin embargo no me sentí tan impresionada como cuando vi las mismas imágenes por los noticieros. Es increíble lo que se acrecienta el valor de una imagen proyectada desde la pantalla.
Ustedes van a ser los primeros, luego van por la carpa me dijo asustada una amiga por celular. Andate de ahí. Se va a poner peligroso.
La carpa estaba instalada frente a la Casa de Gobierno. La habían puesto allí apoyando el reclamo docente que se extendía desde principios de marzo, sin arribar aún -diez de mayo- a ninguna solución. Luego se sumaron a su sostenimiento otros gremios como los de ATE, los judiciales y los municipales. Habían dado en llamarla la Carpa de la Dignidad.
Yo a mi amiga le creo, además el tono de su voz me sonó realmente preocupado. Por un momento sentí deseos de salir corriendo, sin embargo pudo más mi curiosidad y mi bronca. Me quedé en el centro de la ciudad escuchando el discurso del Intendente y de algunos dirigentes gremiales, al pie del mástil de Roca y San Martín, repudiando la injustificada represión.
La lluvia sutil pareció calmar los ánimos. También es raro. Siempre, casi en todas las marchas de protesta ha estado presente. Es una lluvia fina, sutil, casi acariciante. Las palabras del obispo fueron también un bálsamo que calmó la bronca de la gente, nos hizo desistir del intento de llegar hasta la Casa de Gobierno con el petitorio, aunque por momentos su voz sonó apagada entre el ruido de las sirenas de las ambulancias y los gritos de los manifestantes.
Volvimos a congregarnos frente a la Intendencia para reorganizar el reclamo. Las palomas huyeron a tiempo y no las vi regresar a la torre de la vieja capilla.
Cinco palomas levantaron vuelo desde la torre de la vieja iglesia enclavada en el centro de la ciudad. Fueron ahuyentadas por el ruido de los disparos. Hasta ese momento quizás disfrutaban de una mañana gris como tantas que han visto pasar desde ese lugar privilegiado, asombrándose tal vez de la cantidad de gente que se congregaba en la avenida frente a la iglesia. Mucho ruido de bombos, gente que aplaudía y repetía una y otra vez los mismos cánticos:
- ¡Se va a acabar, se va a acabar, la dictadura provincial...!
- ¡Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode!
Un clima casi festivo se percibía entre los trabajadores municipales que ese día se habían reunido allí. La consigna era esperar a la columna de trabajadores proveniente del corralón, cruzando la ruta tres. Un trayecto de varios kilómetros, al que también se sumarían los camiones y la maquinaria pesada, como una manera de reforzar el reclamo. Al menos eso era lo que se decía por los pasillos. Habían salido de los corralones a las nueve y se estimaba que a las diez estarían reunidos con el resto, reclamando frente al Concejo Deliberante, que queda a una cuadra de la Intendencia. Luego, la idea era marchar juntos hasta Casa de Gobierno para apoyar el reclamo del Intendente relacionado con la suma correspondiente a la coparticipación de las regalías petroleras que por ley le corresponde a los municipios, lo cual permitiría hacer frente a los aumentos de sueldo que los trabajadores estaban reclamando. Todos los municipios del interior habían recibido esa suma, excepto el de Río Gallegos.
Las máquinas y los camiones no pudieron avanzar. Por la calle Urquiza apareció una columna de la policía provincial fuertemente armada y sin mediar palabra, empezaron a disparar balas de gomas y gases lacrimógenos sobre los manifestantes. Muchos heridos en el rostro, el cuerpo, los pies. Las ambulancias que llegaron a los pocos minutos en medio del caos y de los gritos furiosos de la gente. Nadie se fue para su casa, pese al olor picante y molesto del gas lacrimógeno y a la amenaza de ser alcanzado por algún balazo, todos nos quedamos. Alcancé a ver al Intendente que salió furioso y caminó por San Martín hacia Urquiza para interiorizarse de lo que pasaba. Luego entre la multitud, lo perdí de vista.
Periodistas conocidos en el medio corrían de un lado a otro, entrevistando a algunos heridos y a las autoridades. Una mujer caía desmayada y era trasladada por otros compañeros, otra lloraba su impotencia.
- ¡Estos hijos de puta... ¡ ¡No pueden ser tan hijos de puta, no le pueden pegar así a la gente!
¿Que no pueden? No sabes el esfuerzo que han hecho hasta hoy para contenerse. Pueden hacer esto y mucho más. Están armados y son muchísimos.
Pienso. Esto parece una guerra, los dos bandos están muy bien delineados.
De un lado la gente, los trabajadores. Del otro la policía, los gendarmes que ocupan las escuelas y casi todas las esquinas del centro de la ciudad.
Es raro. Vi a la gente herida por las balas de goma en el rostro, en las piernas, escuché sus gritos de dolor, sin embargo no me sentí tan impresionada como cuando vi las mismas imágenes por los noticieros. Es increíble lo que se acrecienta el valor de una imagen proyectada desde la pantalla.
Ustedes van a ser los primeros, luego van por la carpa me dijo asustada una amiga por celular. Andate de ahí. Se va a poner peligroso.
La carpa estaba instalada frente a la Casa de Gobierno. La habían puesto allí apoyando el reclamo docente que se extendía desde principios de marzo, sin arribar aún -diez de mayo- a ninguna solución. Luego se sumaron a su sostenimiento otros gremios como los de ATE, los judiciales y los municipales. Habían dado en llamarla la Carpa de la Dignidad.
Yo a mi amiga le creo, además el tono de su voz me sonó realmente preocupado. Por un momento sentí deseos de salir corriendo, sin embargo pudo más mi curiosidad y mi bronca. Me quedé en el centro de la ciudad escuchando el discurso del Intendente y de algunos dirigentes gremiales, al pie del mástil de Roca y San Martín, repudiando la injustificada represión.
La lluvia sutil pareció calmar los ánimos. También es raro. Siempre, casi en todas las marchas de protesta ha estado presente. Es una lluvia fina, sutil, casi acariciante. Las palabras del obispo fueron también un bálsamo que calmó la bronca de la gente, nos hizo desistir del intento de llegar hasta la Casa de Gobierno con el petitorio, aunque por momentos su voz sonó apagada entre el ruido de las sirenas de las ambulancias y los gritos de los manifestantes.
Volvimos a congregarnos frente a la Intendencia para reorganizar el reclamo. Las palomas huyeron a tiempo y no las vi regresar a la torre de la vieja capilla.
jueves, 5 de febrero de 2009
miércoles, 4 de febrero de 2009
OTRO POEMA DE UTOPÍAS (QUÉ PESAU!).
PEQUEÑO INVENTARIO EN LAS PUERTAS DEL MUNDO
Al poeta Claudio Álvarez, de resentido y enamorado.
La estupidez de las armas
el sectarismo de las religiones
la censura de la tristeza
el individualismo de los presidentes
la utopía del fin de semana
el indulto a los asesinos
el cumplimiento del deber
el machismo de superman
el mediocre del vecino
los defensores de la propiedad privada
la averiguación de antecedentes
la lucha de clases sobre los puentes
la traición de cupido
el culto a la personalidad de los verdugos generales
los poetas con baño afuera
el cinismo del periodismo domesticado
la prostitución de los políticos en sus bancas
la perversidad de los ministros doble discurso
el misticismo del desencuentro
la esperanza de la obra social
la quema de libros
la coincidencia de dos tontos corazones
el complejo de inferioridad de poemas nunca escritos
la necesidad de huir entre pañuelos arrugados
el discurso asesino de los gases lacrimógenos
el cuento de la globalización
el encierro detrás del muro
el juego en el parque
las palabras que dicen
el silencio en las pantallas de televisión
una casa frente al mar
el recuerdo imborrable de la infancia
el pecado carnal de los que se dicen santos
las distintas maneras de escribir
las manos frías de los muertos y su solidaridad
la inflación del bolsillo frente a las vidrieras del supermercado
no hablar el mismo lenguaje con los peces gordos
la limosna de la burguesía en la vía pública
el suicidio del desocupado
la humedad en las paredes
el nazionalismo de los militares y sus banderas
el genocidio social sobre una ruta desierta
la desesperación de no encontrarte
el odio de la policía y sus balas de goma
la humillación de la Guardia Blanca
la inocencia de los niños hambrientos
el llanto solitario en la plaza
las puertas cerradas de la iglesia
las fiestas ajenas de la ausencia
los antagonismos de las ambiciones
la decepción de los unos y otros
la rebelión en las fábricas
los que escriben “Viva la Poesía!”.
martes, 3 de febrero de 2009
MÁS UTOPÍAS!
Bueno che, era un niño!
SOMBRAS EN TU NOMBRE
El cura nunca dirá frente a nosotros “los declaro marido y mujer”;
ni elegiremos las alianzas ni saldremos juntos del Registro Civil;
ni habrá despedidas de soltero ni lunas de miel;
ni bailaremos el vals de los enamorados;
ni compraré las medialunas del día después;
ni habrán besos un 14 de febrero;
ni saldremos del cine tomados de la mano;
ni pintarás un corazón con mi nombre adentro;
ni seremos tíos del mismo sobrino ni padres del mismo hijo;
ni mi madre será tu suegra ni tus hermanos mis cuñados;
ni secaré tus lágrimas cuando los delirios vengan con úlceras;
ni marcaré en el calendario nuestro aniversario;
ni miraré el reloj esperando que vuelvas del trabajo;
ni te aburrirás con Sabina ni me aburriré Demoliendo hoteles;
ni compartiremos sábanas ni pañuelos;
ni te pediré disculpas por mi tristeza;
ni me pondré celoso cuando ojos ajenos te persigan;
ni serás mi Julieta ni seré tu Romeo.
OFRENDA
Si las palabras me ayudan,
podré esta noche regocijarme en tu recuerdo,
quedarme en tu memoria.
No es una plegaria entonces,
es una mariposa que juega a orillas del mar.
No es una flor entonces,
es una suavidad que deja la lluvia.
Si tu luz ilumina mi tristeza
te regalaré este verso,
esta oración
y este cuaderno gastado.
SOMBRAS EN TU NOMBRE
El cura nunca dirá frente a nosotros “los declaro marido y mujer”;
ni elegiremos las alianzas ni saldremos juntos del Registro Civil;
ni habrá despedidas de soltero ni lunas de miel;
ni bailaremos el vals de los enamorados;
ni compraré las medialunas del día después;
ni habrán besos un 14 de febrero;
ni saldremos del cine tomados de la mano;
ni pintarás un corazón con mi nombre adentro;
ni seremos tíos del mismo sobrino ni padres del mismo hijo;
ni mi madre será tu suegra ni tus hermanos mis cuñados;
ni secaré tus lágrimas cuando los delirios vengan con úlceras;
ni marcaré en el calendario nuestro aniversario;
ni miraré el reloj esperando que vuelvas del trabajo;
ni te aburrirás con Sabina ni me aburriré Demoliendo hoteles;
ni compartiremos sábanas ni pañuelos;
ni te pediré disculpas por mi tristeza;
ni me pondré celoso cuando ojos ajenos te persigan;
ni serás mi Julieta ni seré tu Romeo.
OFRENDA
Si las palabras me ayudan,
podré esta noche regocijarme en tu recuerdo,
quedarme en tu memoria.
No es una plegaria entonces,
es una mariposa que juega a orillas del mar.
No es una flor entonces,
es una suavidad que deja la lluvia.
Si tu luz ilumina mi tristeza
te regalaré este verso,
esta oración
y este cuaderno gastado.
lunes, 2 de febrero de 2009
UTOPÍAS
Los siguientes poemas pertenecen a Utopías (o algo así), un librito que escribí hace muchos muchos muchos años atrás y que no pienso editar. En próximas entradas, habrá mucho más!
A Vanesa, por quererme y cuidarme. Y viceversa.
AQUÍ
Aquí
alejado de todo ser
estoy yo
junto a mi ser
un poco escondido del mundo
un poco.
Aquí
donde ya nadie me recuerda
sólo los árboles de algún amanecer
o esas miradas perdidas
que mueren en engaño.
Aquí
doy gracias por seguir estando
junto a tu sonrisa
cómplice del amor
doy gracias por seguir viviendo
un nuevo delirio
que me lleva a escribir estos versos.
Aquí
fumando una plegaria de placer
y olvidando un lejano recuerdo
que no deja de ser eso
un recuerdo.
Aquí
comienza la lucha
salgamos a las calles.
Aquí
estoy yo
soy yo
gracias por venir.
ESTOY DELIRANDO UN POCO
Estoy delirando un poco
y estos versos
me ayudan en la agonía
son como remedio de enfermo
de dolor o de amor
no lo sé.
Estoy pensando en vos
recuerdo los momentos vividos
en el paraíso;
es decir
en el camino.
Estoy deseando tus labios
que enseñaron a los míos
a besar
a besarte con pasión.
Estoy delirando un poco
junto a mí
junto a vos.
Estoy leyendo tus cartas.
Te quiero.
MIENTRAS ASOME EL SOL
En esta tarde
mientras asome el sol
dejaré mis tristezas
para que de ellas
teoricen.
Basto conocerte
para saber qué es la humanidad.
Basto con besarte
para saber qué es el peligro.
Basto con verte jugar
para saber qué es la felicidad.
Por eso
en esta tarde
mientras asome el sol
dejaré mis tristezas
para que de ellas
teoricen.
A Vanesa, por quererme y cuidarme. Y viceversa.
AQUÍ
Aquí
alejado de todo ser
estoy yo
junto a mi ser
un poco escondido del mundo
un poco.
Aquí
donde ya nadie me recuerda
sólo los árboles de algún amanecer
o esas miradas perdidas
que mueren en engaño.
Aquí
doy gracias por seguir estando
junto a tu sonrisa
cómplice del amor
doy gracias por seguir viviendo
un nuevo delirio
que me lleva a escribir estos versos.
Aquí
fumando una plegaria de placer
y olvidando un lejano recuerdo
que no deja de ser eso
un recuerdo.
Aquí
comienza la lucha
salgamos a las calles.
Aquí
estoy yo
soy yo
gracias por venir.
ESTOY DELIRANDO UN POCO
Estoy delirando un poco
y estos versos
me ayudan en la agonía
son como remedio de enfermo
de dolor o de amor
no lo sé.
Estoy pensando en vos
recuerdo los momentos vividos
en el paraíso;
es decir
en el camino.
Estoy deseando tus labios
que enseñaron a los míos
a besar
a besarte con pasión.
Estoy delirando un poco
junto a mí
junto a vos.
Estoy leyendo tus cartas.
Te quiero.
MIENTRAS ASOME EL SOL
En esta tarde
mientras asome el sol
dejaré mis tristezas
para que de ellas
teoricen.
Basto conocerte
para saber qué es la humanidad.
Basto con besarte
para saber qué es el peligro.
Basto con verte jugar
para saber qué es la felicidad.
Por eso
en esta tarde
mientras asome el sol
dejaré mis tristezas
para que de ellas
teoricen.
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