miércoles, 29 de septiembre de 2021

Ayer, después de casi una década, vi pasar por primera vez un taxi por fuera de mi casita. Señal de que hemos llegado al primer mundo, en el mismísimo fin del mundo. 

martes, 28 de septiembre de 2021

Escribo para no darle espacio a la muerte. Como el Oso Pratto en Madrid.

lunes, 27 de septiembre de 2021

Diré una gran verdad y al que le quepa el poncho que se lo ponga : un chulengo con rueditas no es chulengo.

domingo, 26 de septiembre de 2021

Los poetas kirchneristas ya no me escriben. Eso me pasa por ser un mequetrefe.

jueves, 16 de septiembre de 2021

Cartografías a la intemperie

Comparto con ustedes uno de los regalos más lindos que me han hecho. Muchas gracias a todos los que participaron, especialmente a Sabrina.

https://www.youtube.com/watch?v=yTNOzBRbquU

martes, 14 de septiembre de 2021


Mañana a las 11 hs, por Radio Comunitaria Cuyum (Godoy Cruz, Mendoza) habrá una sección dedicada a mi trabajo poético. Comparto por acá el link de la radio:

https://www.radio.es/s/cuyum

lunes, 13 de septiembre de 2021

Desde que terminé de construir mi casita, los contenedores del centro de la ciudad se volvieron verdaderos objetos de culto.

sábado, 11 de septiembre de 2021

Soy de los que cantan las canciones de Silvio Rodríguez, poniendo la voz del Ricky Espinosa. 

domingo, 5 de septiembre de 2021

A Luna, mi sobrina nieta, le salió su primer diente. Mientras le escribíamos la carta al Ratón Pérez, le digo: "Luni, es posible que este año el Ratón Pérez no venga, por el coronavirus". Muy suelta de cuerpo, la niña me retruca: "Pero el Ratón Pérez tiene Mercado Pago, tío". 

viernes, 3 de septiembre de 2021

El 2005 fue uno de los años más difíciles de mi vida. Mi hermano se estaba yendo de este mundo y no podía hacer nada por él. Nuestras últimas charlas fueron muy tristes, con nuestras heridas a flor de piel. Esa impotencia será un dolor que me acompañará hasta mi último día. Escribí mi primer libro así, con esa incertidumbre, con ese nudo en la garganta. La única distracción que tenía era, cuando salía del trabajo, pasar un rato a mirar videos musicales al ciber. Había uno de Coldplay que me volaba la cabeza (ese en el que el cantante camina sobre la orilla del mar). No sé porqué, pero me relajaba un montón ver eso: un tipo caminando solo en la orilla y cantándole a la cámara, al mundo, a la nada misma. Al final, él se va para un lado, la cámara para otro y comienza a amanecer. Después de 5 o 6 horas saltando, acomodando palos de bowling, era lo más sanador que me podía pasar. Un psicólogo me diría que el mar, por la desaparición de mi padre, tiene una connotación negativa en mi vida, en mi poesía. Lo mismo con el viento. No sé, ahora quiero cerrar los ojos y agradecer cada minuto. De alguna manera, me siento un sobreviviente. La música suele hacerme bien.