domingo, 23 de mayo de 2010

LUZ

¿Los ángeles lloran? Depende. A veces lloran por un dolor antiguo. Lloran para curarnos. El amor y el respeto nos ayudan a soportar la existencia. El límite es uno mismo. Límite también son los otros que vienen con amor y respeto. Es eso lo que siempre sentí por vos. Pasará el tiempo y seguiré hablando de lo mismo. A mí tampoco me interesa citar autores y libros para decir que he leído. En todo caso, la verdadera literatura está en el vacío, en la vida. No en los rostros. No en las voces. En ese sentido, el lenguaje sería el no vivir y el silencio, la enfermedad. ¿Cómo será morir de silencio? ¿Y el poema? El poema es la sed, la obsesión. Es que nuestra creencia será siempre la dulce espera del que jamás volverá. Por eso somos así, tan fragmentarios. En el fondo queremos ser amados. Pero quién puede amar a un muerto? Sólo las flores. Las flores que aman el silencio.
No hay que permitir que nadie nos embarre. Tenemos que cuidarnos de los malos. Estoy seguro que nunca voy a volver a amar así. Eso es maravilloso. Alguna unión mística debe haber por ahí. Pasa que el mundo gira en otra dirección que nada tiene que ver con el amor y respeto. Yo me podría matar esta noche y nadie se daría cuenta. Te amo.