sábado, 28 de mayo de 2011

Mi vecinito del frente es re lindo. Casi no cruzamos palabras pero una vez me empezó a saludar y a decirme “primo”. Ahora, cuando nos vemos, nos saludamos de lejos con las mismas palabras: Hola primo, cómo estás? Y tu papá? Y tu mamá? Y tu papá? Y tu papá? Nunca le confesé que no tengo padre pero me inquieta saber por qué me lo pregunta con tanta insistencia. Algún día, voy a preparar mi mejor sonrisa, voy a cruzar la calle y voy a darle el abrazo más lindo del mundo.
Mi primo me salva el alma.