viernes, 15 de junio de 2012

Quiero llorar pero no puedo. ¿Por qué no me gustará llorar? Debe ser porque una vez que empiezo no paro. Las horas se hacen interminables. ¿Y qué vas a hacer ahora? Nada. Quedarse quieto es liberarse. Pero, a veces, con eso no alcanza. Mi voz ya no es la de antes. ¿Y por qué hablas sola? Porque estoy cansada. Como esas canciones de ultratumba. Entregué todo y perdí. Siempre caigo en el mismo cielo. Hay algo en este silencio que duele. Levantarse, trabajar, dormir y otra vez, la misma historia. ¿Habrá algo más allá de los sueños? Pasión, tal vez. No lo sé. ¿Y eso es todo? No importa. Contá hasta diez, respirá hondo y salí a la calle. La noche está hermosa. No hay nadie. Pronto nos vamos a conocer y ya no estaremos solos. Yo creo en tu dolor.