Estoy contento. Ya le envié mi nuevo libro a mi amigo Cachilo para que se encargue del diseño. Le contaba que, en mi poesía, siento que han habido tres giros importantes. El primero va de Utopías (un libro inédito totalmente robado a Benedetti) a Sábanas de viento (el que me sacó del ostracismo), el segundo de Sábanas a Plegarias del humo (mi preferido) y el tercer giro, de Plegarias a Otros animales, el que quisiera publicar éste año. O el próximo. No sé.
Si hay algo a lo que le tengo temor en esta vida es al estancamiento, a perder el rumbo, los sueños. A que mis poemas se vuelvan muy yo-yo, por ejemplo. Toco madera.
Por otro lado, siento que no he perdido la pasión de la primera vez, ese cosquilleo al leer o al escribir poesía me sigue sucediendo como el primer día. En ese sentido, quisiera ser siempre un iniciado, un novato. Alguien que, recién, entra al mundo.
En definitiva, creo en la poesía. Creo en la difusión de la poesía y sobre todo, creo en tus manos.