El único viaje posible es el camino: el respiro nuestro de
cada día. Ponerse a caminar es el desafío. Dar treinta y tres pasos y más.
Darle sentido a los sueños, al canto.
A veces hay un mapa para el recorrido, para el nacimiento.
Está allí, huérfano de padre, tirando piedras en el desierto. En éstos lejanos
paisajes donde la muerte viene y desordena todo. El mapa es la memoria.
Pero es también el tiempo del Yaoyin, de sus frutos rojos
puestos al sol. Yaoyin. Un nombre para quienes han sabido llegar a la orilla y
aún buscan seguir en el camino. Caminar es el oficio.