jueves, 9 de noviembre de 2017

Esos días fueron eternos. Solíamos quedarnos, junto a mi hermano, esperando que bajara del colectivo. Yo tenía 8 años y escribía en mi diario, le escribía a dios. Le pedía que me devolviera a mi papá. Un día encontraron su cuerpo sin vida a orillas del río. Había estado un mes y cinco días desaparecido. Me costó horrores ponerle palabras a su muerte, a sus muertes. Hoy se cumplen 30 años de aquel mediodía y, aunque tu ausencia me hizo crecer de golpe, ando todavía buscando luces en los caminos.