miércoles, 29 de agosto de 2018

Mi amor por River se lo transmití a Norberto, uno de mis sobrinos (mi hermano le puso así por Pappo, pero yo le digo que fue por el Beto Alonso). El sábado pasado, mientras lo llevaba a la cena con Cavenaghi, le decía que disfrutara de ese momento histórico con su ídolo. Él me contaba que estaba nervioso, que no había podido dormir pensando en esa noche. Lo dejé en la puerta, y mientras se perdía entre banderas rojas y blancas, me miró con una sonrisa y me dijo: “Gracias por todo, tío. Aguante River”. Volví emocionado, casi al borde de las lágrimas. Ojalá nunca se terminaran esos momentos.