Entre los miles de trabajos que me inventé a lo largo y ancho de mis 40 años, uno que recuerdo con cariño es el de la venta de videos de recitales. Disfrutaba cada momento: pedir los VHS a Córdoba, hacer las grabaciones con dos videocasseteras, promocionar la venta en algún recital, que Tián me avisara de los pedidos (él también se quedaba con un porcentaje por prestarme el teléfono de su casa). Hoy sería imposible hacer un trabajo así. Me acuerdo cómo promocionaba la venta de un recital de Hermética en Córdoba: "No sabés lo qué es, está grabado con una sola cámara. Una verdadera reliquia". Qué lindos recuerdos me trae hoy la memoria.