sábado, 15 de agosto de 2020

Me asomo al portón y miro hacia adentro. Me río del orden de las cosas, de mi propio orden. Todo está cómo lo dejé. Después, charlo con el perro y le digo: "Sos un gran compañero, capo". Le hago travesuras. Es sanador el ruido del viento en este lugar.