Solíamos quedarnos mucho tiempo, junto a mi hermano,
esperando que bajara del colectivo que lo traía del trabajo. Fueron días y
semanas así, con ese nudo en la garganta. Tenía 8 años y escribía en mi diario,
le escribía a dios. Le pedía que me devolviera a mi papá. Un día como hoy, pero
hace 34 años, encontraron su cuerpo sin vida a orillas del mar. Mi hermano
también se fue joven de este mundo.
El viento insoportable
de noviembre nunca me ha traído respuestas, al contrario. Quizás por eso sigo escribiendo poemas, para reconciliarme con la vida que no tuve y que tanto me ha faltado.