lunes, 16 de mayo de 2022

Junto a la publicación de Sábanas de viento, mi primer libro, en el 2006, también empecé a desarrollar mi trabajo junto a los niños, en muchos barrios de la ciudad. Me gusta eso de "itinerante", me diría una compañera. Además, y en la misma sintonía, empecé a hacer el mismo trabajo en el sindicato de empleados municipales, en mayo de 2012. Con motivo de los 10 años de trabajo allí, la página del gremio hizo una publicación, a modo de reconocimiento, que me llenó de emoción. Tuve la oportunidad de leer cada comentario y no tengo más que palabras de agradecimiento a cada compañero. Realmente me conmovió. Mencioné lo de mi primer libro porque, paradójicamente, las personas que conocí por la poesía casi no saben de qué trabajo y viceversa: los compañeros de trabajo no saben de mi quehacer poético. Me gusta que sea así. Quiero decir que el mismo amor y respeto que siento por la poesía trato de traducirlo todos los días en mi trabajo. Por eso estos reconocimientos son tan lindos.