viernes, 10 de marzo de 2023

Ayer viví un día muy especial, un día al que siempre voy a volver. Fui reconocido, por mi labor literaria, en la Cámara de Diputados Provincial. Ser distinguido en mi ciudad, en mi provincia, me llena de orgullo. Me siento honrado por la distinción.
Mientras iba camino a recibir el diploma, pensaba en estos años, en cómo mi poesía y la difusión que hago de ella ha ido formando mi identidad hasta transformarse en una. No concibo la poesía como algo que solo está en los libros. La poesía está en las calles, en el trabajo diario con los niños, en esas pedaleadas eternas contra el viento, en las flores que resisten y crecen en el desierto. 
Haber sido seleccionado en Mi Primer Libro, el concurso que organizaba el Municipio, cambió mi vida para siempre. Han pasado muchas cosas durante estos años, desde aquel 13 de julio de 2006. 
No quiero nunca dejar de mencionar aquel certamen, de la importancia que tuvo en mi vida y del rol del Estado en promover estas actividades. Es también una manera de defender el acceso democrático y transparente a la cultura y a la educación a favor de las mayorías populares. Sin ese concurso, probablemente nunca hubiera podido publicar Sábanas de viento, el librito que escribí en las paredes de Los Indios, el histórico bowling de la calle Pasteur. 
 
Gracias al diputado Martín Chávez y a su equipo de trabajo, a cada empleado de la legislatura por el buen trato que recibí, a la escritora Verónica Lamberti en representación de la SADE, a mis vecinos del Gregores y del Bicentenario, a los padres de mis alumnos, a los amigos poetas y compañeros de laburo que se alegraron conmigo.

 
Que la poesía nos siga encontrando y acompañando. Aquí, allá, hoy o mañana.


https://www.youtube.com/watch?v=AUMOj3tprhg