sábado, 7 de junio de 2025

Ayer, después del trabajo, me encontré a merendar con Beto en Cerritos. Tenía que entregarle algunos libros. Cuando nos estábamos retirando, una señora se levantó de su silla y me preguntó si yo era Jorge Curinao. Le dije que sí, sonriendo. Me contó que me leía. Lamenté haber dejado el auto a unas cuadras porque cuando me suceden estas cosas, me gusta obsequiar algún libro mío. Beto me preguntó si eso me pasaba siempre, le dije que no, que ya no tan seguido. Son casi veinte años, le dije.