lunes, 18 de agosto de 2025

Cuando empecé a trabajar, a los 18 años, parecía menos de esa edad. Eso me decían todos: parecés de 15, cómo vas a estar trabajando. Era casi un niño, vestido de naranja, corriendo autos en la segunda ciudad más ventosa del mundo. 
Ahora que empecé la cuenta regresiva para jubilarme, un poco menos de 10 años, deseo que diosito me siga guiando, cuidando mi salud. Que el crack de San Cayetano no se olvide de mí.