a Sebastián Tresguerres
Yo me sufro de ellos
entonces se alejan
y yo me muero de ellos
entonces me alejan
luego van a sus casas y abren la heladera
y están solos
están fríos
están fritos
no saben mirar
no saben preguntarse
y dicen nada cuando deberían decir jamás
entran a la habitación
y a oscuras tienen miedo
no aprendieron a quedarse solos
(no hay espejos en el encierro)
y no tienen fe
encienden el televisor:
baila la muerte en el reino de los cielos
y yo me río me lloro
juego con mi cadáver
me recito poemas:
mi alma de barro no será tu panfleto
soy mi gran abismo
mi gran insomnio
aún no has vivido
aún no has muerto.
*****
Yo no tengo amigos porque todos traicionan. Yo sólo tengo amores platónicos.
*****
Siempre
del otro lado del río
alguien canta
y cubre de cenizas mi última sonrisa.
*****
Nos perdimos en el sueño
en el aullido de un amor mal nacido.
Pero la noche insiste.
*****
A la que pudo ser.
A la que puede ser.
A la que nunca fue.
Alas.
*****
Hay un pájaro
que sueña con una ventana abierta.
Así estoy muriendo
en lo recién nacido
en la voz que aún no sucede.
*****
Me esfuerzo en mi llanto para que el silencio pese menos. Miedo sin palabras. Vacío.
*****
Y fue así que mi deseo
en el gran hastío del invierno
nos alejó de la antigua alegría.
Oh el dulce letargo de lo imposible
poblado de visiones.
*****
Allá lejos
para significar tanta ausencia
la noche mendiga sus frutos.
*****
Alzo mis sueños. La noche me encierra. La noche es mi sed.
Las palabras son mi sed. Duermo abrazadas a ellas. Escribo contra el olvido.
Me oculto del mundo para darle voz a mis manos. Recito toda mi furia en un instante.
¿Qué hicimos del don del pasado? Ningún pasado brilla como los rostros vejados. Mi memoria es la luz.
*****
Aún con las manos vacías
ella prefiere estar ahí
desnuda
muerta
fría
mi vida.
*****
¿Alguna vez fui?
*****
Nacido de mi antigua enfermedad
el poema abre el sentido del sinsentido.
Me habito.
*****
Como en el desierto
el alimento de mi luz
son estas voces que cantan
y diseñan los sueños.
*****
El bien común no existe. Las personas hacen las cosas por su propio bien. Y escribo sobre el dolor en dolor. Escribo sobre el dolor porque es lo que mejor conozco. ¿O debo escribir sobre la felicidad? ¿Debo ser optimista?
*****
Sólo el viento
la herida
con su piel de ratas en mis huesos
me arrastra entre los condenados
que nada pueden recordar sin gestos.
*****
¿Las ventanas siempre dan a la luz?
*****
Una muerte de lugar lejano
en la torre
es la medianoche que ya no existe
es el frío de los años que pesan
es el daño
el centro de un poema.
*****
Si camino por las calles
para no confundirme con el silencio
y adentro
lo otro
lo malo
crece como piedra sobre piedras
y me hieren
me deliran
me van a silenciar.
*****
Esta ha sido mi manera de amar al mundo:
andar solo
desnudo
así
tan lejos
la inocencia
visiones
no imágenes
siempre
el viento
y yo
cantando.
*****
Rojo pintado sobre estatuas obscenas
en la memoria de un animal que no duerme.
Es la noche siempre
creando espacios y formas tan extrañas
porque ya se ha luchado contra todo.
*****
Ya te miraste en el espejo
donde el miedo es una larga caravana
materia verbal sin lenguaje
sin soles ni relojes
sin miradas para recordar la belleza de antaño.
Ya te miraste en el espejo
cansada de pensar en la eternidad.
*****
Funde las palabras / ya lo has hecho /
otra vez / nos obligan / a quedarnos.
*****
Ahora
el mundo es un cementerio en llamas
en mi poema de agua.
Nadie tiene las llaves.
Sólo plegarias en las manos de un niño.
*****
Arderán las palabras
el mar fingirá frases
el miedo abrirá las dudas
y siempre una ventana cerrará mis ojos.
*****
Todo en mí tiene fecha de vencimiento. Mis proyectos son a corto plazo: un día, una vida. Escribo para mí. Escribo porque es lo que más me gusta del mundo. Porque yo quiero que nadie sufra. Pero el sufrimiento es inevitable. Todos nos vamos a morir.
*****
Tu llanto
todas las mañanas se viste de fantasma
allí está
atravesando las horas
galopando extranjero por las puertas
las estaciones
el verano
allí está tu llanto
mi karma y mi pan.
*****
A veces
varios segundos al día
siento cómo mi padre
- antes de ser mi padre -
insiste en sacarse fotos mirando el mar.
Mi padre es todo lo que no pude ser.
*****
Los que se hacen los vivos. Los muertos que aún no conozco.
*****
Y las pastillas ya nada pueden sanar
el futuro la humilla
vidrios rotos en el lugar de los sueños
el sol es un agujero negro en el cielo.
Ella duerme para no sufrir.
*****
No destella la luz.
El vacío se avecina.
Los cuerpos van creciendo. Por eso escribo.
*****
No puedo seguir
porque no hay enemigos.
¿Por qué no hay enemigos?
¿y quién vendrá cuando ya no esté en mí?
Hoy quisiera no tener que abrir los ojos.
*****
Mi dolor sin violencia. Mi pequeño dolor. Tan pequeño que sólo yo lo conozco.
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No en el sentido de las cosas,
es decir:
esa absurda manía de hablar con los espejos
mi otro yo me ha transformado en esto que soy
y lo peor
es que los otros no aparecen
y me hiero
me deliro
me hago silencio, llanto
piedra.
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¿Y quién fuera silvio rodríguez?
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El hombre acerca una silla
dice sus mortajas
(el secreto de los viejos vinos).
Un fragmento de mi risa sale de sus ojos.
*****
No espero lo que vendrá
sin embargo
lo inevitable
da cuenta de mi mayor fracaso
mi olvido
mis palabras en el barro
y yo tan del otro lado
que me confundo con ellas
pero ellas son plural
y mi primera persona del singular
no es yo
es el vacío de los siglos
mi conciencia herida.
*****
Mi cadáver también tendrá pocos lectores.
*****
Hay después del ruido, las miles de sombras que pueblan los días. Inauguro así, torpemente, la aventura de habitar este mundo. Sin dudas he nacido apresuradamente. Ando de prisa. Por eso las palabras me habitan, me desbordan. Mi obligación es dar cuenta de ello.
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