martes, 3 de mayo de 2022

Nací una madrugada de mucho frío en Río Gallegos. Tercero y último hijo de un matrimonio de laburantes (mapuche huiliche hasta los huesos). Casi no conocí a mi padre, pero siempre lo he extrañado. Comencé a escribir poemas a los 18 años y nunca dejé de hacerlo. La poesía me salvó la vida, literalmente. Antes de eso, jugaba todo el día a la pelota en calles de tierra; me sentía tan libre como Diego en el ´86. Me gustaba andar solo también. Estoy aprendiendo a no llorar tanto, a recordar a mi hermano con alegría. Soy de los que cruzan los puentes a las dos de la mañana. Mi sueño es fotografiar el viento.

https://www.youtube.com/watch?v=ezlpwCLgiE8